Es el colorido de este patio lo que más llama la atención, cuando en Abril y Mayo todas las plantas rompen en flor, se transforma en un arco-iris viviente lleno de aroma y fragancia. Dejamos atrás este hermoso patio de las orzas y una segunda cancela nos abre camino al llamado patio de la cocina; así su nombre por la que hay instalada; una antigua cocina. Un quemador y dos poyetes la componen ataviada en su conjunto con unos enseres y adornos de la época. Junto a ella un piloncillo de agua que apenas se aprecia por estar bajo el limonero, que es este el que da cobijo con su sombra en las calurosas tardes de verano. En su lateral opuesto se encuentra un rosal trepador, que se cuentan por cientos las rosas y capullos que en primavera nos muestra dejando en el ambiente un olor que casi diría que molesta, pues son tantas las rosas que en tan poco espacio se encuentran que se diría que se estorban unas a otras.